Prosa sin rosa
Gladys Zamudio Tobar – zagla Octubre 12 de 2012
Mis ojos observan hacia el infinito de tu sombra quizás.
Marcan las huellas de lo vivido.
No comprendo tu prisa.
No sé quién eres y parece que a veces se requiriera.
Soy producto de los lazos en los tobillos
y aunque los desdibujo
ahí continúan cuando siento esto, que no sé qué es.
Soy enferma, soy adicta de tus inquietudes,
las quiero beber todas, pero me atoro con ellas
porque ni siquiera las deleito.
No sé cómo se vive conmigo.
La lluvia viene y va como tú,
orgulloso colibrí esponjado,
león de escaramuza,
despellejado por tus silencios
que arden en mis pómulos
sonrientes frente a ti.
Homanaje a Wislawa Szymborska, poetisa polaca que murió el 1º de Febrero de 2012.
Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo...
Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo.
No vuelo sobre él, de él no huyo
Entre las raíces arbóreas. Estoy demasiado cerca.
No es mi voz el canto del pez en la red.
Ni de mi dedo rueda el anillo.
Estoy demasiado cerca. La gran casa arde
Sin mí gritando socorro. Demasiado cerca
para que taña la campana en mi cabello.
Estoy demasiado cerca para que pueda entrar como un huésped
que abriera las paredes a su paso.
Ya jamás volveré a morir tan levemente,
tan fuera del cuerpo, tan inconsciente,
como antaño en su sueño. Estoy demasiado cerca,
demasiado cerca. Oigo el silbido
y veo la escama reluciente de esta palabra,
petrificada en abrazo. Él duerme,
en este momento, más al alcance de la cajera de un circo
ambulante con un solo león, vista una vez en la vida,
que de mí que estoy a su lado.
Ahora, para ella crece en él el valle
de hojas rojas cerrado por una montaña nevada
en el aire azul. Estoy demasiado cerca,
para caer del cielo. Mi grito
sólo podría despertarle. Pobre,
limitada a mi propia figura,
mas he sido abedul, he sido lagarto,
y salía de tiempos y damascos
mudando los colores de mi piel. Y tenía
el don de desaparecer de sus ojos asombrados,
lo cual es la riqueza de las riquezas. Estoy demasiado cerca,
demasiado cerca para que él sueñe conmigo.
Saco mi brazo que está debajo de su cabeza dormida,
Mi brazo dormido, lleno de agujas imaginarias.
En la punta de cada una de ellas, para su recuento,
Se han sentado ángeles caídos.
Versión de Elzbieta Borkiewicz
Todos los compañeros y compañeras del Área pueden publicar aquí sus metáforas, imaginarios y sueños.
¡DE NUEVO!
Por: Gladys Zamudio Tobar - zagla
Abrojos amarrados sutilmente
A los encajes de mi cerebro.
Hay tejidos que desconectan
Lo que nunca debió haberse roto.
Un ser anquilosado en una tapia,
Un fósil de la amargura humana.
Un dictamen apoyado en el espejo
De los miembros de la pulcritud
ya anciana.
Huelo de cerca los lamentos,
La pereza, los asquientos gemidos.
He probado con las papilas quemadas
las dichas que como hostia ponen
los sabios en mi boca.
Ahora que estoy muerta
Los huecos de la luna entienden
Cómo soy por dentro.
Saben los rayos del sol
Cómo se puede quemar el estiércol.
Hoy que nací de nuevo
Mis ojos no ven más que
Lamentos.
VIVÍ EL SUEÑO
Una visión tan clara como los colores de mi augurio.
Mis ojos pudieron percibir tu ritual de hojas y flores sencillas, pero bien definidas.
En el suelo caí, en forma de cruz, atada de cabeza en la tierra fresca.
El césped me comía los brazos y los enterraba en mis miedos inconscientes.
Volé en estampida, recta quedé como un palo, pero liviana como sus hojas al viento.
El frío del barro me congelaba el cuerpo.
Desnudé mi piel y me metí bajo las cobijas a temblar.
Mis ojos no cesaban de ver el rojo del cuadro en movimiento.
Como un ligero pasar y cerrar de puertas se mecían en mi frente todas las historias.
Calor, frío; intenso miedo, conciencia para olvidarlo; breve paso del tiempo y profundas miradas al corazón.
La ruptura entonces, cerca de la razón, del silencio, de la novedad que no llega.
Sólo queda una nueva mujer en medio de todo que es nada, pero de una nada tranquila y sencilla
como si no hubiera escrito este poema.
Otro poema mío, de la selección inédita "Poesía de la rebeldía":
¡No me lo pida!
El celu, la peli, la profe, el pro y hasta el hijue,
Todos incompletos, insurrectos, inconformes, imperfectos.
Tu madre, la mía, tu abuela, la tuya, la de ambos, los de todos,
Todos bestias irresueltas, circunscritas a la carroña,
Volando como buitres tras compañía.
¡Qué putas! ¿Esto es la vida?
Siempre a medias, el pantalón roto, la camisa descosida,
La cara manchada, la sonrisa perdida, los ojos marchitos,
Toda esta porquería.
Parece que nos instalaron un programa de perfección.
No veo nada bien. Todos corren hacia no sé qué.
No se disfruta, no se piensa, no se angustia.
Siempre imperfecto este neuro de cursilería.
Inteligencia displicente, torpeza indecente,
Las razas de los héroes son inconsistentes.
Que perfecto no hay nada, me gritan con vehemencia.
Entonces no me pida que le tenga paciencia.
No puede ser otro quien tiene sólo una cabeza.
ZAGLA
La compañera Luz Dary Echeverry decidió publicar su poema "Mar y Río", con esta estructura.
MAR Y RÍO
Al hombre de las aguas
Qué sería de mí sin ese mar,
Qué sería de mí sin ese río,
Sin ese torbellino,
O ese navegar tranquilo,
Nado, floto, naufrago, me ahogo
Me hundo, me rescata, me salva,
Me ama.
Qué sería de una vida sin tormentas
O una vida sin esperar la calma.
Sólo con él, como el agua, fluye bien mi alma,
Lo demás… lo demás es un devenir, que con el tiempo pasa.
Luz Dary E.
Cali, julio de 2010.
Gladys Zamudio Tobar - Zagla
http://sinespinasenelcuerpo.blogspot.com/
http://gladyszamudiotobar.blogspot.com/
AQUÍ
Soy esta forma de bestia,
esta mujer efímera;
soy una paloma
que con las verrugas de sus patas
moviliza el asco y la furia.
Soy la cresta del oriente
que se desvanece ante el primer lamento.
Y me siento combatida
con las bocanadas de versos
y las mordeduras de serpiente,
espectacular porque se mueve
con sigilo por entre mis vértebras.
Vivo en los espéculos
que posibilitan la fantasía
de los inquietos soldados.
Manifiesto mi gloria, mis virtudes
y mis inexactitudes,
floreciendo bajo la lama de una roca
disuelta poco a poco por la lluvia.
Me convierto en el problema,
en tu problema.
¡Siempre lo soy!
Soy eso que tiene fuerte a la humanidad,
el egoísmo de mirarse hacia adentro,
el despropósito de amarse a sí mismo
cuando hay tantos mirándonos.
Soy como todos,
la estupidez de la ultranza,
los malabares de los niños del semáforo,
la orilla de unas duras tetas
atrapadas en minúsculos encajes de dolor.
Soy un desprovisto enano
que camina sin cesar
bajo los grandes esperpentos
y veleidades de lo cotidiano.
Soy la ciudad
en la que circulan los orgasmos de feria,
las calles desiertas,
los dementes lanzados a la luna llena.
Sí. Soy porque existo.
Porque no me lo negaron,
porque no me expulsaron a un sanitario público.
Porque no me inyectaron líquido letal.
Soy porque mis padres se amarraron a la norma,
porque no pudieron decidir,
porque no soy lo que querías,
pero soy.
Soy y existo
porque en este carnaval
me permitieron disfrazarme
y cuando me descubrieron el rostro
no había nada.
Soy porque los fantasmas
cuando hablamos,
la gente nos aterroriza.
Zagla
De-genero
Un poco despoblada ya por mis fantasías rimbombantes
Mezcla de poesía, literatura y dioses de ultratumba,
Dejo hoy de ser ingenua ante esta raza masculina.
Me detengo a pensar en esta especie
Que me ha traído de narices sin espejo por el útero
De mis más recientes sueños eróticos, despiertos.
Sé qué veo ahora. Espero que me dure.
Un infante atado a mi leche y con una gran espada de silencio.
Mientras lloro él duerme, mientras grito cuánto me hace falta
Él corre hacia las montañas, se aleja, se instala en su nicho
Saturado de murciélagos y duendes.
Creí que te quedarías, apuntes de algún libreto,
No llamaste, reías cuando me viste desesperada.
Ahora yo, desde mi marasmo, desde mi esqueleto límpido
Puedo manifestar sin dolo ni odio.
¡Cuánto lo siento!
Cuánto siento que ustedes también se alejen por el mismo miedo femenino.
Mujeres no somos estas marchitas féminas de tetas caídas por los hijos amamantados
Ni las redondas siliconas que putrefactas se verán en unos años,
También son esas vergas dormidas, temerosas de no poderse levantar,
Esa sensación de no saber cómo detener, cómo evitar detonar cuando aún no han acariciado.
¡Ah! Un problema de género, dirán. Degenero tal vez.
Un hombre también es una mujer, pero ahora prefiero a los que se paran al revés.
A los que son sinceros, a los que vienen a conversar, a los que no se quitan la ropa antes de entrar.
Prefiero el silencio del viento que un pequeño con cara de viejo, pegado de mi seno
Pidiéndome lo que él jamás dará.
¡Cómo les duele a los machos! Lloran en silencio su animal dormido.
Sufren cuando besan el oscuro infinito y su cuerpo no responde: tantas pruebas, tantos caprichos.
No se conformen con este amor tan vacío, exiguo y baldío.
Busquen el origen de este valor afectivo, de su lucha por un sentimiento
Y no por otro cuerpo vivo.
Zagla